Mi nombre es Yossiana, hija de Susana Valera Linares, quien falleció el 4 de agosto del presente año con tan solo 68 años por un terrible sarcoma de la vaina del nervio periférico.
Antes de la enfermedad, todo era felicidad. Mamá era de las mujeres que siempre pensaba en sus hijos antes que en ella misma. Muchas veces ocultaba alguna dolencia por no preocuparnos. De pronto llegó la pandemia y en lo personal, verla no tan seguido hacía que la extrañe demasiado pero en ese momento pensaba en cuan importante era que mamá no se contagie. Todos nos cuidamos pero tras visitas inesperadas, mamá se contagió. Nunca tuvo complicaciones para respirar pero sí un fuerte dolor en el muslo, que al iniciar una serie de exámenes, en setiembre del 2020 nos enteramos de la horrible noticia… mamá tenía cáncer de tejido blando y uno muy agresivo. Todos nos preguntábamos ¿Qué es eso? ¿Qué es un sarcoma? ¿Por qué justo a ella que es una mujer demasiado buena?
Es ahí donde pensé: la vida es polvo, puede esparcirse en un momento… nada trajiste, nada te llevas, solo lo que había dentro (Yo te extrañare – tercer cielo). Y le decía a Dios: no te la lleves, tú sabes todo el camino que nos falta recorrer juntas. Si te la llevas, sabes que me muero.
Mis hermanos y yo sufrimos tanto con esta noticia, mamá sufría más, pero no lo hacía notar porque no quería vernos sufrir. Me tocó ser la más fuerte de mis hermanos, me tocó ser la que tenía que dar las noticias a mamá y le oculté muchas cosas, entre ellas, que había sido desahuciada.
El proceso fue muy doloroso, es inevitable no llorar al recordarlo y sobre todo, lo duros que son los médicos cuando te dan una noticia. Primero, cometieron negligencia en un hospital y me dijeron: déjenla así, su tiempo de vida es de 6 meses a 1 año, pensé en cómo podría decir que dejé así a mi madre, que sufra y yo estar de brazos cruzados. Esto hizo que el tumor crezca como se le dio la gana; en otro hospital nos dijeron: la primera persona que tocó el tumor, es quien sabe cuanto tiempo de vida le queda a tu mamá, porque ya hicieron una primera cirugía. En exámenes externos indicaron que era liosarcoma y dentro del hospital, sarcoma de la vaina del nervio periférico posible Schwannoma.
Nunca le hicieron quimioterapia ni radioterapia, aparecieron ángeles terrenales en mi camino, porque sé que Dios los envío y gracias a ello, se puedo avanzar un poco más rápido (digo rápido porque entre un examen y otro, normalmente esperas hasta 6 meses).
En este hospital conocí a un maravilloso doctor al cual busqué por todos lados y logré contactarlo ya que me habían dicho que era un experto en sarcomas, es el doctor Martín Falla Jimenez, un médico tan profesional y tan bueno, que era el único que me daba la tranquilidad de que todo iba a estar bien. Él la operó y le quitó el sarcoma de la vaina del nervio periférico de casi 8 kilos.
Todo estuvo excelente en su recuperación (sufría menos) pero le salieron escaras, mamá nunca caminó, muy pocas veces pudimos sentarla porque empezó a sentir nuevamente dolor y tras realizar exámenes (después de 3 meses de ser operada) , mamá tenía nuevamente el tumor en el muslo y otro en la nalga, la iban a operar nuevamente pero tras realizar otros exámenes, detectaron metástasis pulmonar y nos dijeron: lo sentimos mucho, solo deben darle calidad de vida y seguir tratamiento para el dolor. Buscamos otras opciones pero solo nos indicaban que ya no se podía hacer más.
Los tumores eran pequeños aún y ella no presentaba ninguna molestia pulmonar. Nos pedía que la operen pero como decirle a tu madre que ya no se podía hacer más. Quería morirme en el momento que me dieron la noticia, di la noticia a mis hermanos y todos sufrimos.
Tuve que limpiarme las lágrimas y decir: tú no nos vamos a ganar cáncer, no nos vas a ganar. Escribí a muchísimas personas, busqué en Internet hospitales o clínicas en el extranjero y les escribí. MD Anderson Madrid me dio una cita pero esta demoraría muchos meses hasta que me escribieron de Asarga (la respuesta fue rapidísima). En ese momento pensé: Dios mío, tú lo has querido así. Empezamos las citas pero lamentablemente mamá estaba a días de fallecer, llegué a contactarme muy tarde con Asarga y sin embargo, ellos hicieron todo lo posible para que las citas sean pronto, me escribieron varias personas, siempre estaban pendientes y sigo pensando que Dios lo quiso así.
Nos aferramos a Dios pero él quiso llevarse a mamá, solo él sabe por qué pero entiendo que sus planes son perfectos pero para mi no lo eran. Mamá se fue sufriendo porque días antes de fallecer la llevamos de emergencia ya que el tumor había reventado y ocasionó varios sangrados muy fuertes llegando a hemoglobina 5, cuando la doctora curó la herida del tumor, jaló con fuerza la pierna de mamá lo que ocasionó un desgarre de la piel, el tumor salió y ella falleció a los días, ahogándose y llegando a saturar 34.
Desde mayo que nos dieron la noticia de la metástasis, solo pasó 3 meses y falleció.
Gracias a Dios ella descansa de tanto dolor que le provocó esta terrible enfermedad, no saben cuanto dolor siento cuando me entero de casos de personas con sarcoma que sufren mucho, recuerdo mucho todo lo que pasamos con mamá pero siento demasiada paz cuando recuerdo que mamá antes de partir, vio a sus ángeles. Mil veces Gloria a Dios.
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